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El gobierno creó un mecanismo para prohibir, trabar, restringir y manipular las exportaciones de carne

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El último Sábado  con la publicación de la Disposición 59/21 de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (ex ONCCA) se confirmaron nuestras peores sospechas: el gobierno creó un mecanismo para prohibir, trabar, restringir, direccionar y manipular una por una las exportaciones de carne.

Antes fueron los ROE, ahora bajo el discurso del control de la informalidad y evasión son las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJEC) aplican una fachada para consagrar la vuelta de un nefasto sistema de manejo de las exportaciones de carne. Como entidad queremos recordar que, mientras existieron los ROE (entre 2006 y 2015) se perdieron 17000 puestos de trabajo de la industria, 100 frigoríficos y 10 millones de cabezas de ganado, sumado a que el precio de la carne en la “mesa de los argentinos” subió varias veces más que la inflación. Pese a que su fracaso fue fenomenal, ese sistema es el que el gobierno acaba de reimplantar, con otro nombre, sumándole la “épica ficticia” de un discurso anti evasión que no convence a nadie y con el que nos mienten en la cara.

La Disposición 59/2021 del sábado pasado dice en su artículo 3: “Una vez ingresadas las DJEC al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, quedarán en estado pendiente mientras la Autoridad de Aplicación analiza el contenido de las mismas”. Esto significa que cada exportación quedará a revisión del burócrata de turno. Luego regula en el art. 5: “Una vez realizada la evaluación de la DJEC por la Autoridad de Aplicación, de no mediar rechazo u observaciones se la considerará aprobada de manera automática a las diecinueve horas del tercer día hábil de la fecha de oficialización de la mencionada Declaración”.

Aquí, bajo una elegante redacción que simula ser de aprobación automática, está la verdadera trampa: cada declaración de exportación será evaluada y por tanto aprobada o no por el gobierno. Con esto tienen la llave de la exportación de carne, embarque por embarque. Igual que fue con los ROE. Tristemente, los productores agropecuarios ya conocemos el final.

Cabe recordar que anteriormente, los días 19 y 20 de abril, se conocieron resoluciones inconsultas que despertaron temor en toda la cadena de carnes. En la Resolución 60, que creó las DJEC, en los propios considerandos afirman que es para abastecer mercado interno, controlar precios, además de fiscalizar todos los aspectos de la cadena.

También citan la ley 21749, por la que el gobierno puede prohibir la exportación y embarque. En su art. 3 afirma que el gobierno define el plazo de vigencia del DJEC, en una redacción similar a la de los ROE Rojos y dejaba abierta la puerta a la discrecionalidad. Todo esto se confirma con la disposición del sábado pasado. 

La misma Res. 60 en su art. 4 remarca que se puede pedir baja de RUCA ante la necesidad de “abastecer el mercado interno”, lo que, a nuestro entender, les da la posibilidad de, por cuestiones de precio u oferta, generar un cierre de exportaciones. Considerábamos en esos días de abril que con esta resolución se abría la puerta al sistema de ROE. Otro temor que se confirma con la resolución del sábado.

Además, el día 22 de abril el funcionario Zarich tuvo una reunión con referentes de la cadena de las carnes, en la que afirmó que estas medidas eran sola y exclusivamente para controlar evasión y subfacturación y negó cualquier intención de intervención. Ahora bien, ni en esa reunión ni luego en otras declaraciones públicas negó que otros funcionarios del gobierno pensaran en esas medidas.

Incluso afirmó: “si el presidente quiere, da la orden y se cierran mañana mismo las exportaciones de carne”. Los dichos de Paula Español en ese sentido ya no son novedad, pero vale destacar que el mismo día en que Zarich trataba de convencernos que todo lo que estaban haciendo era para combatir la evasión, ella declaraba que “no le iba a temblar el pulso para cerrar las exportaciones de carne”.

Las resoluciones están allí y son claras, el problema no es que no las entendemos, sino que las entendemos. Y su fin es muy claro, y se ratifica más por haberlo vivido antes: darle al gobierno el control total del mercado de carnes. Zarich prometió en esa reunión una reglamentación automática y nos pidió que alzáramos la voz si veíamos que esto avanzara hacia trabas al comercio. Pues bien, eso estamos haciendo. Tanto los dichos de otros funcionarios del gobierno, como la propia disposición firmada por el director publicada el pasado sábado, nos confirman dos cosas: que han vueltos los ROEs, y que en los últimos días el gobierno no ha hecho más que mentirnos en la cara.

Se confirma con pruebas evidentes que el gobierno no quiere dialogar sino imponer medidas que ya fracasaron. Dicen querer dialogar, pero lo hacen desde la mentira, sin decirnos que lo que está escrito en las resoluciones y firmado por los propios funcionarios. Tratan de explicar que lo que hacen “no dice lo que dice y no implica lo que implica”. Y no nos vamos a dejar tomar por tontos. Basta de falsos diálogos y mentiras, así no se defiende la mesa de los argentinos. Solo se destruye la producción. Como hemos dicho semanas atrás, nos hemos declarado en alerta y monitoreo permanente para ver lo que sucedía con estas medidas, y a las pruebas nos remitimos. En los próximos días, en la reunión de nuestro Consejo Directivo Central, analizaremos e informaremos los pasos a seguir.

Fuente:  FAA

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