A 100 años de su nacimiento, la SRJM recuerda a quien fuera el director del INTA Jesús María durante más de un cuarto de siglo.
El Ing. Gonzalo Ruiz Sempere nació el 24 de octubre de 1922 en la Comuna de Badalona (Cataluña). A causa de la Guerra Civil Española, su familia decidió radicarse en Houillés, una comarca francesa cerca de Paris. Gonzalo cursó su escuela primaria allí y a los trece años se trasladó a la Argentina, luego de una breve estadía en el Paraguay.
Junto a sus padres, Gonzalo se estableció en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde cursó sus estudios secundarios y luego universitarios en la Facultad de Agronomía de la UBA. Durante su época de estudiante, empezó a trabajar en una imprenta, donde profundizó su hábito por la lectura y el manejo correcto de la gramática (base para su posterior desarrollo como comunicador agrotécnico).
Recibido el 27 de abril de 1947, inició su carrera como Ingeniero Agrónomo administrando una estancia ganadera en Villa Valeria (Córdoba) y posteriormente dos campos en Mendoza y Salta, donde promovió el uso de un fertilizante orgánico (el famoso “nitrato de Chile”).
En 1963, Gonzalo llegó a la ciudad de Jesús María, para hacerse cargo de la Agencia de Extensión Rural (AER) del Instituto Nacional de Tecnología (INTA). Convirtiéndose en el primer Ingeniero Agrónomo del centro/norte de Córdoba, estuvo al frente de la Agencia durante 27 años. Su visión y labor profesional le valió el rápido reconocimiento de sus colegas y sus aportes técnicos comenzaron a ser un faro para los productores de la región.
Es que a Gonzalo le tocó apuntalar y potenciar la ganadería en el norte de Córdoba. De ideas impensadas para la época, fue un gran promotor de una forrajera rústica y segura, que marcó un hito en la actividad: la famosa Grama Rhodes, “la Diosa de las Forrajeras” como él mismo la bautizó. Con las sequías de fines de invierno, nunca faltaba algún ganadero que se le acercara buscando un hombro amigo, para contarle sus penas por la falta de pasto y la mortandad de la hacienda. Gonzalo siempre les recomendaba hacer reservas, bajar la carga, desechar el rodeo improductivo y destinar buenos diferidos para tener “una feliz sequía”.
Difusor de las tecnologías agrícolas, Gonzalo editaba desde el INTA el famoso BoletINTA, una publicación bimensual de temas agrotécnicos, que era distribuida por correo postal a miles de productores de la provincia de Córdoba y del resto del país. Sus lectores esperaban con ansias este boletín, en épocas en que el productor vivía con la familia en el campo, los teléfonos fijos eran escasos y la mayoría de los caminos, de tierra.
Luego continuó como director de la Revista de la Sociedad Rural de Jesús María con contenidos de similares características. También colaboró en destacados periódicos del país, como La Prensa, La Nación, Clarín, La Voz del Interior, y en revistas especializadas como Dinámica Rural y Proyección Rural, entre otras.
El Ingeniero fue un gran impulsor de los métodos grupales y asociativos de extensión rural. Promovió la formación de varios grupos CREA de la región, convirtiéndose en el cofundador y primer asesor del CREA Jesús María. Siendo un adelantado para su época, insistió para emprender un viaje técnico a los EEUU junto a los miembros del Grupo. Por su acompañamiento y compromiso con el Movimiento CREA, obtuvo un reconocimiento especial en vida.
Defensor de la conservación de los suelos, Gonzalo realizó numerosas jornadas técnicas sobre el tema y logró que se hicieran desde el INTA los primeros mapas de suelos del norte de Córdoba. «Es malo que la ecología se transforme en ecologismo, con subrepticio respaldo político para reactivar ideologías obsoletas y perimidas. Eso es malísimo. Y es malo que se manifiesten deseos de defensa ecológica o se promulguen leyes con el mismo fin, sin una fundamentación científica, clara y coherente, y solamente apoyados en sentimentalismos, respetables tal vez, pero insuficientes para fundamentar una defensa ecológica», expresaba el Ingeniero el 7 de junio de 1993, en una editorial publicada en La Voz del Interior.
Gran admirador de nuestro ganado criollo, se empeñó en desempolvar numerosos estudios de especialistas nacionales y extranjeros sobre nuestra sufrida vaca criolla. Revalorizando sus atributos y yendo contra viento y marea, convocó a investigadores, criadores y productores de todo el país para conformar la Asociación Argentina de Ganado Bovino Criollo, logrando que se crearan los registros de la raza en la Sociedad Rural Argentina. Siguiendo con esa línea, se empeñó en organizar numerosas jornadas, que se resumieron en varios libros sobre el tema.
A nivel académico, Gonzalo se desempeñó como profesor honorario de Sociología y Extensión Rural en la Universidad Nacional de Córdoba. También fue el primer vecino de entonces incipiente Barrio La Florida de la ciudad Jesús María. Llegó, incluso, a ocupar el cargo de presidente del Centro Vecinal en el período 1996/1998.
El Ingeniero Ruiz falleció el 13 de abril de 2013, dejando una multiplicidad de enseñanzas y anécdotas a sus colegas. Por expreso pedido, sus cenizas descansan en un potrero de Grama Rhodes, bajo un algarrobo centenario en la Estancia San Antonio de la familia Torres Cabrera, en Villa del Totoral.
EL RECONOCIMIENTO DE SUS COLEGAS
De conocimientos vastos y actualizados, optimista por naturaleza y generoso como pocos, Gonzalo Ruiz Sempere se convirtió en una guía para toda una generación de Ingenieros Agrónomos y Médicos Veterinarios, que hicieron su aporte en la tecnificación del norte de Córdoba.
Compartimos, a continuación, algunos testimonios de sus colegas y conocidos:
«El rasgo más importante de su personalidad fue su generosidad ilimitada (…) Gonzalo se convirtió en un referente de consulta de tantísimos colegas a los que siempre apoyaba, relacionaba entre sí y jamás retaceaba apoyo. Contaba con una cultura general amplísima, era un apasionado por la música clásica, un lector empedernido y un escritor de pluma fluida y amena», destacó el Ing. Agr. José Fortunato, socio de SRJM y presidente de la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Córdoba.
«El Ing. Ruiz introdujo profundos cambios tecnológicos, productivos y de mentalidad. Trabajó durante más de un cuarto de siglo en el INTA Jesús María y siempre lo hizo con soltura, responsabilidad y capacidad. Claramente, trascendió los límites de la Agencia, empeñándose en transformar el norte de Córdoba. Fue el creador de la `feliz sequia`, propulsor de las reservas forrajeras, defensor de los cruzamientos con el cebú cuando muchos productores decían que cruzar el ganado con `esos animales de circo` era arruinar la ganadería», aseveró, por su parte, el Ing. Agr. León Murúa, ex director del INTA Jesús María y su sucesor en la Agencia.
«La SRJM siempre tuvo mucha vinculación con el INTA. El Ing. Ruíz hacía una publicación que se llamaba BoletINTA, cuyo diseño gráfico estaba a cargo de Ernesto Baudín. Por el contexto político, dejó de publicarse en los ´70 y ahí fue que surgió la idea de hacer la revista de la SRJM como una continuación del BoletINTA», recordó Gabriela Rui, secretaria administrativa de la SRJM.
UN ARBORETO ARGENTINO EN HONOR A SU MEMORIA
En 2021, la SRJM firmó una Carta de Intención dirigida al Concejo Deliberante de Jesús María, para que se honre la memoria del Ing. Ruiz Sempere, designando con su nombre a la nueva plaza inaugurada en Barrio La Florida (ciudad de Jesús María). La parquización de la plaza incluye una obra del artista Ernesto “Tito” Baudín y pequeño arboreto argentino con especies de los diferentes ecosistemas de nuestro país.
Además de SRJM, acompañaron esta iniciativa la Municipalidad de Jesús María, la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Norte de Córdoba, el Centro Vecinal del Barrio La Florida, AACREA Córdoba Norte, AER INTA Jesús María, INTA Centro Regional Córdoba y la Asociación Argentina de Criadores de Ganado Bovino Criollo.
Soc. Rural de Jesús María
