Gracias al trabajo interinstitucional, productores ganaderos de pequeña escala avanzan en la comercialización conjunta de su producción. Para lograrlo, un equipo de extensionistas de la Agencia de Extensión Rural Mercedes del INTA desarrolló un método de comercialización no habitual y les permitió lograr la escala necesaria para participar de los mercados y sus demandas. La clave fue el trabajo asociativo.
En la provincia de Corrientes, la ganadería vacuna es una de las principales actividades económicas: contribuye con el 33 % del producto bruto geográfico del sector primario. Del total de los productores ganaderos, el 92 % son pequeños y medianos productores, que abarcan el 28 % del rodeo provincial. Las limitaciones de los pequeños productores para comercializar la hacienda, hizo que un equipo de especialistas de la Agencia de Extensión Rural Mercedes del INTA trabaje en el desarrollo y puesta a punto de un método de comercialización que les permitiera afrontar esas dificultades.
“En general, los productores comercializaban el ganado en el campo, por la escasa experiencia de venta en remates”, explicó Jacques Kraemer, director del INTA Mercedes, quien, además, indicó que “esas limitantes se debían a una serie de factores, que incluían el escaso número de cabezas (que reduce la capacidad de competir y negociar), la baja calidad de la oferta, la incapacidad financiera y las dificultades de logística para la comercialización”.
Con ese diagnóstico, extensionistas de la Agencia de Extensión Rural Mercedes del INTA se enfocaron en mejorar el sistema comercial para los pequeños y medianos productores. La clave fue el trabajo asociativo para la comercialización conjunta de su producción.
“El trabajo inicial estuvo orientado a fortalecer el enfoque institucional y organizativo para desarrollar un método de comercialización no habitual”, expresó Kraemer y agregó: “Dentro del estrato de pequeños y medianos productores, se apuntó a aquellos cuyo ingreso principal proviene de la ganadería, aunque con limitaciones en cantidad de tierra, capital, acceso a la tecnología y a la información sobre mercados”.
Fue así que se organizaron una serie de eventos que les permitió a los productores ordenar sus producciones y comercializaciones y contar con un espacio social de intercambio de experiencias y vivencias.
“El circuito de comercialización comienza en marzo con la venta de ganado vacuno en remates-feria; luego, a lo largo del año, se realizan encuentros mensuales donde el productor trae productos como verduras, huevos, panificados, conservas, quesos, chacinados, lanas y artesanías a la ciudad”, explicó Kaemer quien detalló: “Finalmente, en el mes de diciembre, se organiza un encuentro de pequeños productores donde se suman a la comercialización otros productos cárnicos, como corderos, lechones y chivos”.
No fue un proceso fácil, debido a que para poner en marcha la comercialización de hacienda vacuna, había que mejorar aspectos sanitarios, fiscales y de gestión productiva, y disponer de lotes homogéneos para vender en remates a precios de mercado.
“Esto implicó un trabajo articulado de las instituciones involucradas en el proceso de comercialización”, indicó Kraemer y agregó: “Además del INTA y los productores, participaron el Ministerio de Producción, Trabajo y Turismo de Corrientes, con el proyecto de Desarrollo Rural de las Provincias del Noreste, SENASA, FUOSA, una casa rematadora, la Sociedad Rural de Mercedes, la Municipalidad de Mercedes y algunas empresas privadas”.
Resultados a la vista
El primer remate ganadero se realizó el 26 de abril de 2006, en la feria local de la Sociedad Rural de Mercedes. “Allí participaron alrededor de 90 productores, que no tenían experiencia previa en remates, y, desde ese año, se realizaron 15 remates, que concentraron 20.000 cabezas, con la participación de 1.207 productores”, precisó Kraemer.
“Gracias a los remates, se lograron incrementos de entre el 20 y el 30 % sobre el precio pagado en el campo”, dijo Kraemer y destacó que uno de los aspectos positivos fue “no solo la venta de la totalidad de los animales que ingresaron cada año, sino también que pudieron vender categorías difíciles de comercializar en el campo, como toros viejos, vacas de invernada y conserva”.
Además, si se consideran precios actualizados, “por el volumen de ventas y categorías, el total comercializado a marzo de 2020, fue de más de 330 millones de pesos”, sostuvo Kraemer.
Por otra parte, el especialista resaltó que un 40 % de los productores que participó en los remates “se inscribió como monotributista para evitar el descuento del IVA y efectuar aportes para su jubilación, al mismo tiempo que la obtención de un CUIT les permitió el acceso a créditos a través de programas nacionales de apoyo”.
Sumado a los resultados positivos, esta organización de remates se replicó en diferentes puntos de la provincia, apoyada por políticas del Ministerio, la Agencia de Extensión Rural Mercedes del INTA y empresas privadas, que estimularon la adopción de la organización para la comercialización.
“El trabajo asociativo, gestado desde instituciones como el INTA a través de su Agencia de Extensión en Mercedes permitió superar una limitante para los productores, y también fortalecer su organización, mejorar su competitividad, negociación y lograr la escala necesaria para participar de los mercados y sus demandas”, finalizó Kraemer.
Fuente; INTA Informa