Una nueva creación que nació en una reunión con Cristina pero que busca independencia.
“Finalizamos el 2021 con 64 cámaras y entidades, representantes de productores, cooperativas y empresas pequeñas, medianas y grandes, que apuestan a generar empleo en todo el país, a través del fortalecimiento de las interacciones público – privadas, tendientes a la construcción de reglas de juego permanentes y transparentes que promuevan la inversión, el desarrollo y la libertad para producir y comercializar”,así comienza el comunicado de fin de año elaborado por el CAA para mostrar que la Unión Hace la Fuerza.
“Las cadenas agroindustriales tienen actualmente un papel trascendental, representando el 16% del PBI, el 67% de las exportaciones y el 12,4% de los empleos directos. Estamos comprometidos a seguir trabajando para aumentar nuestra contribución a la economía argentina y mejorar la calidad de vida de la población, generando oportunidades en las distintas regiones del país”, marcando la cancha y mostrando el peso específico del sector agroindustrial argentino, lo que significa para el país y la potencia que tiene, aunque el Gobierno ha optado por seguir con el freno de mano puesto.
Este nuevo actor de la política argentina que nació de una reunión con la Vicepresidenta Cristina Fernandez de Kirchner, como una manera de poder mantener contenido al sector con las clásicas prebendas y acuerdos particulares en base a las necesidades de cada parte del sector agroindustrial argentino ha tenido un crecimiento interno basado en la discusión y el disenso entre las cadenas productivas junto a los productores y los industriales, logrando vislumbrar que era más importante lograr una baja de impuestos para el conjunto, por ejemplo, que el cortoplacismo de una dádiva que por ejemplo podría provocar la intervención del Estado en regular “Volúmenes de Equilibrio para Maíz y para Trigo”, ejemplo que muestra que todavía subsiste dentro de los integrantes la mirada de un estado proteccionista hacia algunas industrias y un sector productivo que defenderá sus derechos a no financiar a la cadena industrial con transferencia de recursos desde el sector primario.
El Consejo Agroindustrial Argentino necesita seguir construyendo el diálogo, pero resulta más necesario la humildad por parte de todos los dirigentes que la integran, para poder interpretar que si el sector representa el 16 % del PBI y el 67 % de las exportaciones siempre existirá la tentación del poder político de turno de depredarlo para poder tener ingresos de rápida recaudación (retenciones) y con discrecionalidad en el uso.
Este enemigo común de todos los actores de la cadena debe ser claramente identificado por aquellos que atienden al consumo interno, aún existe el pensamiento que las retenciones son reguladores de los precios internos (molineros, polleros, industria del cerdo, industria láctea), la realidad ha demostrado que sólo son reguladores de las expectativas de los productores, limitando tarde o temprano la oferta de materias primas.
El costo de estos cambios de expectativas, cada vez más temprano los paga el sector industrial, que termina pagando precios irrisorios por encima del mercado internacional.
Un ejemplo palpable son las limitaciones que se impulsaron al maíz y al trigo, no era mejor para la industria molinera pedirle al CAA que bregue por liberar el precio de la harina de kilo al mostrador que intentar por la libre lograr intervenir un mercado en momentos de abundancia de producción. Lo mismo con el sector avícola, hay que tener grandeza y abandonar las prácticas del pasado que han limitado el crecimiento de cada actividad en particular y del sector en general, cuando se hacen acuerdos los mismos acarrean concesiones y pérdida de independencia.
Gran construcción y grandes desafíos les espera al CAA hacia el futuro, puede convertirse en la palanca que decididamente impulse las políticas públicas que lleven al desarrollo de la argentina, o puede ser un actor más que ayude a los gobiernos a mantener el freno de mano accionado impidiendo el crecimiento del país.
Muchas acciones tuvo el CAA durante el 2021, con la promesa de una ley que nunca se trató, esperemos que sus actores hayan aprendido que hay que construir los consensos internos dentro del conjunto y no con charlas particulares junto al Gobierno.
Compartimos el comunicado de fin de año del Consejo Agroindustrial Argentino.
Redacción: SN y GyC