Desde siempre, nuestras palabras son a favor de la libertad y valoramos los actos democráticos como uno entre tantos de los más importantes de ella. Fundamentales por cierto.
Queremos llamar a la reflexión, especialmente en estos días por venir y pensar más allá del fragor de las campañas que terminaron y comienzan nuevamente, los pases de facturas, las estrategias que siguen, las alegrías o tristezas partidarias y los discursos que vendrán.
La señal de estas elecciones PASO ha mostrado que la República sale espantada si observa en el horizonte el abismo. Y no nos quedemos con el análisis de que ese temor se activó por los malos resultados en la salud, el desarrollo, el trabajo, la economía, la educación, la seguridad, la justicia y una larga lista de etcéteras, que pueden ponerse en cualquier orden.
El camino correcto es tener funcionarios al servicio de la República y no un Estado al servicio de la política, como reaseguro de una entronización de ciudadanos en el poder y la administración del Estado destinada a sostener partidos, ideologías y castas.
Los votos del domingo deben ser de una vez y para siempre la señal para saber que TODOS en este país prefieren trabajar, estar seguros, educarse, tener salud, poder desarrollarse, que le resuelvan sus problemas y no que le generen otros. Valores como esos son importantes para una sociedad que quiera progresar y trascender.
Lo repetiremos hasta el cansancio: las batallas ideológicas deben estar alineadas a los tiempos que se corren y los cambios que el mundo globalizado demanda. Dejen trabajar libremente y que crezca la economía genuina. Toda la Argentina expresó que la dignidad viene de la mano del esfuerzo de todos los días, no del político de turno.