Informe Macro económico
SUMARIO
- LA ECONOMÍA EN LA PREVIA DE LAS ELECCIONES: El Gobierno se encamina a las elecciones con condiciones macroeconómicas que distan de ser ideales. La recuperación de la actividad postpandemia se estancó entre febrero y mayo y la inflación se mantiene alta pese al uso del ancla cambiaria y tarifaria. Asociado a ello, el empleo y el salario siguen sin recuperar el terreno perdido.
- LA ECONOMÍA MAS ALLÁ DEL CORTO PLAZO: Pese a que el Gobierno ancló exitosamente en el primer semestre el tipo de cambio y las tarifas, al mismo tiempo que tuvo una política fiscal y monetaria más austera, la inflación se está acelerando respecto a 2020, la deuda argentina continúa cotizando a precio de default y reaparecieron las tensiones en el mercado paralelo. Creemos que las expectativas resuelven buena parte de esta aparente contradicción: no es la evolución de los últimos meses lo que miran quienes toman decisiones de precios y de compra de activos financieros, incluido el dólar, si no la esperada en el futuro.
LA ECONOMÍA EN LA PREVIA DE LAS ELECCIONES
El Gobierno se encamina a las elecciones con condiciones macroeconómicas que distan de ser ideales. En efecto, el salario real tuvo en 2020 su tercera caída anual consecutiva y, a mayo de 2021, seguía sin mostrar signos concluyentes de recuperación.
De igual forma, el empleo todavía no revierte completamente el golpe de la pandemia y, además, parece mostrar limitaciones estructurales de más largo plazo. Ambos resultados están vinculados a la dinámica de la actividad, que se encuentra estancada desde febrero luego de haber transitado varios meses de recuperación a partir del piso generado por la pandemia, y las medidas asociadas, en mayo de 2020.
En este marco, el Gobierno continúa, asistido por los elevados precios de las commodities agrícolas, conteniendo el dólar oficial y los precios de las tarifas de los servicios públicos para estimular los salarios y, consecuentemente, la demanda.
Sin embargo, a pesar del ancla cambiaria y tarifaria y de un manejo relativamente más prudente de la política fiscal y monetaria los resultados en materia inflacionaria no son buenos.
Más en detalle, con el ciclo de crisis iniciado en 2018, el salario real acumula una baja de 22,5%. Si bien la reversión de esta tendencia era una de las promesas centrales del Gobierno, en 2020 se verifico una retracción de 2,2% y, a mayo de 2021, continúa bajando (-1,4% desde diciembre 2020).
Por su parte, el empleo privado formal muestra un comportamiento similar: entre 2017 y 2019 se perdieron 276 puestos de trabajo netos formales, tendencia que se vio acentuada en 2020 con una baja neta de 196 mil empleos.
Como comentábamos anteriormente, buena parte de este desempeño obedece a la coyuntura actual desde 2017 la economía se contrajo un 14% (9,9% en 2020).
Además, a mayo de 2021, la actividad económica todavía se encontraba 4% por debajo del nivel prepandemia. Sería un error, sin embargo, atribuir la totalidad de la situación actual a la coyuntura considerando que Argentina tiene problemas de más larga data que la pandemia como el bajo crecimiento, la alta inflación, la situación de la deuda pública y de las cuentas fiscales.
Quizás una muestra de que actualmente existen dificultades estructurales es la evolución del mercado de trabajo: desde 2012 el número de empleados privados se redujo 2,6% pero el de empleados públicos formales creció 23,9% y el de monotributistas 24,3%.
Así, el mercado laboral es el reflejo de una economía con un importante peso del sector público y con dificultades para generar empleo privado formal.
Para revertir esta situación de cara a las elecciones el Gobierno abandonó su esquema cambiario en el cual la depreciación del dólar acompañaba a la inflación y también las pretensiones, reflejadas en el presupuesto, de que las partidas destinadas a subsidios no crezcan en términos de producto.
Como puede verse en el gráfico, el dólar hoy aumenta a un ritmo de solo 1% mensual en el contexto de una inflación que, en los últimos 2 meses, rondó el 3% mensual lo que implica una pérdida de competitividad del tipo de cambio.
Gracias al incremento de los precios internacionales de los granos, que si bien bajaron recientemente, se encuentran 52% y 57% por encima de 2019 (soja y maíz, respectivamente), el freno al tipo de cambio oficial no se tradujo en una pérdida de reservas por parte del BCRA.
Por el contrario, en lo que va de 2021 el BCRA compró 3.810 millones de USD. Por otra parte, los servicios públicos que se encuentran en la órbita del ejecutivo nacional tuvieron aumentos muy modestos (6% gas, 9% luz) que se tradujo en un alza de 69% interanual entre enero y junio de los fondos destinados a subsidiar las tarifas.
Mas allá de las anclas cambiaria y tarifaria, lo cierto es que también el frente fiscal y monetario se mostró contenido en la primera parte del año. En efecto, en los primeros 6 meses hubo una reducción importante del déficit fiscal y, consecuentemente, de la emisión monetaria necesaria para financiarlo.
Como puede verse en el gráfico, el rojo fiscal se encuentra en niveles similares a los de 2018 (-0,5% del PBI acumulado) debido a que la eliminación de la mayoría del paquete de estímulo implementado durante la pandemia, el aumento de la recaudación y la licuación vía inflación del poder adquisitivo de las jubilaciones y los salarios públicos más que compensan el incremento del gasto en subsidios y obra pública.
Ampliando sobre la situación de los impuestos, el crecimiento de los ingresos impositivos se debe tanto a la introducción de nuevos impuestos (notablemente, impuesto a las grandes fortunas), como a la comparación contra un 2020 muy débil en materia de recaudación y, nuevamente, a la asistencia provista por el aumento de las commodities que se traduce en un alza de 190% interanual en los fondos captados vía derechos de exportación.
Así, el financiamiento monetario al Tesoro a través de utilidades y adelantos transitorios del BCRA pasó de 5,4% del PBI de enero a julio de 2020 a 1,2% en igual periodo de 2021 lo cual permitió que la base monetaria pase de aumentar 52% interanual 2020 a 28% interanual en 2021.
Pese a la utilización del ancla cambiaria y tarifaria y a una situación monetaria relativamente más contenida, los resultados en materia inflacionaria son acotados.
En efecto, entre enero y junio la inflación promedio fue de 3,9% mensual y los precios acumulan un incremento de 26,5%, dinámica que explica el hecho de que el poder adquisitivo del salario no se recupere en el corto plazo luego de tres años de crisis, contribuyendo al estancamiento de la recuperación postpandemia.
Por otra parte, si bien en 2021 la circulación fue restringida en mucho menor medida que en 2020, las autoridades
Elaborado el Área Economía, Unidad I+D. AACREA, sobre la base de datos e informes publicados por INDEC, Ministerio de Economía, BCRA, FMI, Banco Mundial y otras fuentes oficiales y no oficiales. economia@crea.org.ar
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